dijous, 10 de desembre del 2009

LA ESTATUA DE SAL. XAVIER ESCRIBANO



(Gn. 19,26; Lc 9,57-62)

Todo lo que se ha vivido
y todo lo que se ha fallado
aguarda un solo gesto
para despertar.

Lo albergan las entrañas
en profundas moradas
esperando el momento exacto
para hacernos llorar.

Nada se olvida,
todo permanece
y sólo hay clemencia
para quien no mira
atrás.

Xavier Escribano